25 de Mayo - 24 de Junio 2023
El gesto ejercido en la materialidad hace que su escultura transite de la potencialidad de su uso funcional -una silla, una viga o un instrumento musical- a señalar múltiples direcciones en el espacio. Forma y materia se vuelven signo. Y así como movimiento y materialidad emergen en cuanto valores plásticos resueltos en su escultura, existe otro diálogo que viene predispuesto por la capacidad transformadora del espacio por medio de la obra; si en abstracto, arquitectura y escultura suponen ya una interacción en constante tensión, es solo cosa de imaginar cuando se inaugura este nuevo intercambio de signos de manera concreta: no solo la obra -en cuanto pieza única- con el espacio, sino que las obras -las que comprende la muestra- con el espacio de exhibición.
De esta forma, arquitectura y escultura se manifiestan en la tensión que viene dada por el vértigo de las líneas de fuga de sus piezas, a veces rupturas que siguieren continuidad, esperando que algo pase.
Extracto por Dr. Rodrigo Vera Manríquez