Esta exposición se presenta como la revisión de una década de investigación, que, en líneas generales, ha integrado la pintura de paisaje, la experimentación con materiales de desecho, así como la inclusión del volumen en el espacio pictórico.
Trabajando desde su interés por yuxtaponer lo natural con lo artificial, de mezclar lo orgánico con lo sintético, a modo de reflexión sobre la relación que tenemos los humanos con la naturaleza, es que Javier desarrolla esta investigación, obras, ensayos y errores hasta dar con a bolsa de plástico negra como un elemento que concentra diferentes cualidades; En primer lugar, funcionar como símil, metonimia o símbolo de la contaminación medioambiental. En segundo lugar, ser un material flexible y dúctil, capaz de alojar pintura y adoptar formas cóncavas y convexas. Planicies, arrugas, bultos y curvas Todas éstas aportando textura y volumen. Y, por último, aportando el negro como telón de fondo de motivos botánicos, orgánicos y naturales, exacerbando la tensión entre soporte y motivo representado.
Mediante un tratamiento bruto -tanto en el plano objetual del soporte, como en el pictórico- Mansilla despliega una veintena de pinturas de diversos tamaños, en su mayoría con fecha 2024, pero que replican ejercicios y puntos célebres de su investigación siendo los más antiguos del año 2014.
Paisajes vírgenes, paisajes con la huella del humano, plantas y flora local en maceteros, palma chilena, témpanos de hielo, bodegones, piscinas y paisajes urbanos del territorio nacional, nos conducen en un recorrido narrativo que hace hincapié en el devenir de la naturaleza, el paisaje y el lugar que tiene el mundo vegetal y la naturaleza en nuestro cotidiano. Recorrido narrativo que sin escrúpulos se autoproclama Breve historia de Chile y el mundo.