04 de julio - 27 de julio del 2024
Mediante la construcción de un lenguaje vinculado a la abstracción de lo corpóreo Diego ha desarrollado un sistema de trabajo que se caracteriza por la utilización de herramientas e instrumentos autofabricados, permitiéndole efectuar una traducción corporal a soportes específicos durante sesiones introspectivas y acotadas en sus tiempos.
Estos resultados procesuales son materializados en dibujos, pinturas, esculturas y proyecciones digitales, donde la presencia de la línea, el plano color y la curva generan obras autónomas con una carga perceptual alterada.
En su trabajo planimétrico los cuerpos (figuras) contienen y expanden frecuencias lineales que vibran con el entorno (fondo) de sus propios soportes: papel, tela y luz. En la superficie, las fronteras lineales entre lo interno y lo externo, no definen ni contornean, más bien rellenan.
Las interrupciones de las tramas sugieren los límites de las formas: unas sobre otras van cayendo en capas semi translúcidas, generando múltiples configuraciones, efectos lumínicos y parpadeos cromáticos. Cada vez que se observan, nunca son lo mismo.
Las esculturas de una u otra forma se expanden, contraen, bifurcan, unen o flectan vinculándose a la capacidad de transformación y adaptación de su material, tal como ocurre en el mundo de lo orgánico. Aparecen como abstracciones biomórficas, zonas corpóreas, agrupaciones hápticas e impolutas listas para ser afectadas en su blanca superficie.
En el proceso está presente (ausente), se vuelve instrumento, herramienta, sensor, línea, atmósfera, contenedor, editor. Más que autor de este trabajo, Diego es un catalizador, alguien que planea una estrategia para luego desaparecer.
Raimundo Edwards Alonso, junio 2024