En un contexto global de fuerzas en choque y vertiginosas transformaciones, se exploran mutaciones como formas de adaptarse para co-existir en respeto por todos y todo, buscando concebir nuevas alianzas que hagan florecer las diferencias. El cambio y el movimiento son constitutivos de cualquier ciclo vital, así como también proceden de manera abrupta obligándonos a interpretar sus ritmos y reflejos. En “Mutaciones”, Alejandro propone representaciones concretas a partir del juego incesante entre forma y estado de los objetos participantes.
El cambio como constante se despliega a través de formas circulares, curvas, cóncavas y convexas que van generando ciclos en continuo movimiento. Ciclos que coexisten influyendo en el curso del otro. Mutaciones a través de la forma que impulsan el comienzo de unos nuevos ciclos.
Las mutaciones en el estado son encarnadas por objetos que se adaptan a sus bases junto a rocas y bloques de piedra, elementos pesados, generalmente anclados a la tierra, que aparecen ahora suspendidos en el aire. Gracias a la gravedad el peso de la roca ejerce una presión sobre piezas metálicas livianas permitiendo que estas se mantengan erguidas en equilibrio. Ambas, roca y metal alternan creativamente sus respectivos atributos para mantener el equilibrio.
Es una invitación a reflexionar las mutaciones desde sus potencialidades y evitar el desencanto de nuestra propia levedad. Hallar la fragua de nuestro poder transformativo en el reflejo de lo que somos capaces de pensar, actuar y sentir.